Acaramelada comenzó siendo un blog de repostería creativa dentro de un espacio llamado “blogolosas” en el 2009.
En 2012 Acaramelada se hace mayor y se convierte en empresa, con una tienda/obrador en uno de los barrios más bonitos y con más historia de Madrid, el barrio de Santiago.
A finales de 2019 decidimos cambiar de aires y nos mudamos al Paseo de los Olmos 13. Donde estamos encantados de recibiros con cita previa.
El nombre de Acaramelada es el de una pequeña hada de una poesía infantil de Gloría Fuertes, “El hada Acaramelada”, a la que le encanta regalar golosinas a la puerta de un colegio. Era mi libro favorito cuando era peqeuña.
El lema de Acaramelada siempre tiene su espiritu innovador, nos gusta estar al día de las tendencias. Por lo que la formacion sigue siendo un básico.
Estamos en las redes sociales más importantes, desde donde alimentamos la curiosidad de lo que sucede en el mundo de la repostería creativa y en cualquiera de los ámbitos que rodean a los eventos.
Apostamos por la calidad de las materias primas, donde tenemos un alto nivel de autoexigencia y por la calidad en el diseño y acabado final. Tenemos el orgullo de ser una empresa reconocida por los más prestigiosos catering, hoteles, organizadores de eventos, empresas de publicidad y wedding planner.
Nos gusta competir en calidad y exclusividad en nuestros trabajos para cada uno de nuestros clientes.
Adoro las “cosas bonitas”, pero también me encanta la tecnología, no hay “chisme” con botones que no me guste. De ahí mi formación académica en el campo de la ingeniería.
Soy muy cocinillas, pasión que aprendí de mi abuela Pilar, y realmente hasta que entré en este mundo del sugarcraft, toda mi experiencia repostera pasaba por hacer arroz con leche de vez en cuando.
Me encanta leer, si un libro me engancha puedo olvidarme de todo a mi alrededor durante horas.
Y la “culpa” de mi amor por la repostería ,sobre todo la americana, y repostería creativa, la tienen mis mellizos que antes de nacer ya dejaron muy claro que no iban a parar quietos ni un minuto y que me obligaron a estar varios meses en cama. El tiempo de sedentarismo obligatorio me hizo entrar en este mundillo, dar forma a mi nueva pasión en formato blog, y finalmente dar el paso y hacer que Acaramelada se hiciese una realidad, gracias en buena parte a la ayuda de mi marido sin cuyo “apoyo logístico” y en todos los sentidos esto no sería posible.
El tiempo en el obrador lo compartí durante muchos años con mi hermana Ana. Con ella fueron muuuuchas las horas de trabajo intenso pero tambien las risas hasta las lagrimas porque algo que compartimos es el mismo humor, ese que a veces solo entendemos nosotras. Ya no pasamos mil horas en el obrador, pero no dejamos de reirnos cada vez que estamos juntas.
Estos años me han reportado muchas y muy buenas experiencias, y sobre todo el encontrar a mucha gente ya indispensable en mi vida y espero que sea así durante mucho tiempo más y sobre todo poder seguir teniendo la posibilidad de compartirlo desde este nuestro pequeño escaparate.